Unos meses
después escribí otro artículo (el que también les invito a leer) que se llamó “Mi
empresa, el mejor sitio del mundo para trabajar”. En esta ocasión, y después de
haber hecho caso a mi declaración de intenciones anterior realizando cambios en
mi vida como, por ejemplo, montar mi propia empresa, el artículo fue encaminado
a explicar mi manera de ver cómo una empresa debe tratar a sus colaboradores.
Nuevamente, y
como hice la primera vez, he querido predicar con el ejemplo y esa es la
filosofía de Gestión y Desarrollo de RRHH que aplicamos en mi…nuestra…vuestra
empresa, NASH.
Desde
entonces, y debido al nacimiento de mis dos mellizas (nuevamente os invito a
leer mi post “Bienvenidas al mundo, mis princesas”) entré en un periodo de
inactividad en lo que refiere a la redacción de artículos para este blog.
Sin embargo,
el pasado domingo fui a correr y todo retomó de nuevo sentido (os recomiendo ir
a correr regularmente, despeja, cuerpo, mente y alma, os puedo asegurar que mis
mejores ideas han aparecido en una sesión de running, lo malo es que no suelo
llevar nada para apuntar pero, en fin, esperemos que esta sea una de esas
buenas ideas) y me dije a mi mismo…Si yo voy a cambiar el mundo…Si mi empresa
es el mejor lugar del mundo para trabajar…Está claro, mi empresa debe cambiar
el mundo, no puede ser de otra manera, ¿cierto?.