Una de las cosas buenas que la crisis española ha tenido (siempre hay
que mirar el lado positivo de las cosas) es que ha universalizado el concepto
de “quedarse sin curro”.
Antes del año 2007, incluso muchos años después de que esta crisis
comenzara, estar “parado” era un estigma, algo vergonzoso, algo que la gente
incluso quería ocultar para no sentirse socialmente rechazado, ya que existía
la sensación de que si te habías quedado sin trabajo era porque “algo habrías
hecho”.
Nueve años después, ese concepto ha cambiado totalmente, todos hemos
sufrido el desempleo de cerca, ya sea directamente en nuestras carnes o a
través de familiares o amigos, por lo que nos hemos dado cuenta que “quedarse
sin curro” muchísimas veces escapa a nuestro control.
En este punto podéis pensar: “Bueno, está bien que ahora no se
criminaliza a alguien que se queda sin trabajo, pero de ahí a que sea lo mejor
que le haya pasado en la vida…”. Dejadme unas líneas más que voy a intentar
explicarme.