Desgraciadamente, muchos de nosotros nos habremos visto en una situación así a lo largo de nuestra vida. Más allá del ideal de ser nosotros los que planifiquemos nuestra carrera profesional, en algún momento nos hemos encontrado con que algún empleador prescindía de nuestros servicios, por uno u otro motivo.
En unos primeros
instantes, después de recibir una noticia así, el sentimiento más común que
podemos tener es…VÉRTIGO.
Efectivamente, por
nuestra mente pueden pasar esa serie de interminables obligaciones que hemos
adquirido y que, de repente, son una
piedra muy pesada que acaba de apoyarse sobre nuestra espalda, hipoteca,
préstamos, colegios de nuestros hijos…¿Cómo voy a hacer frente a todo eso?
En primer lugar,
queremos manifestar que sentirse así es completamente normal, sin embargo, es
conveniente mantener la mente fría y dedicar algo de tiempo a analizar la nueva
situación para tomar las decisiones correctas.
Deberíamos ser críticos con
nosotros mismos y poder definir:
-
¿Por qué he llegado a esta situación? ¿Podría haberla
evitado?
-
¿Qué capacidades tengo y a que ofertas de empleo podría
optar?
-
¿Cómo ha cambiado la realidad laboral desde la última
vez que opté a un puesto de trabajo?
-
¿Debo reciclarme y acceder a formación complementaria
de la que tengo en la actualidad?
-
Mi experiencia, conocimientos y situación económica
actual…¿me permitirían emprender un proyecto empresarial propio?
Recomendamos que se
tengan en cuenta éstos y otra serie de factores, para no comenzar una búsqueda
de empleo sin sentido, ya que:
1)
Podemos empezar con mucha fuerza y, después de un
tiempo sin éxito, nos podemos desesperar.
2)
Podemos aceptar cualquier puesto de trabajo, con tal de
no estar desempleados, en el que a lo mejor no vamos a estar motivados y a
medio plazo podría frenar nuestra carrera.
3)
Puede ser que el mercado demande actualmente algo
distinto de lo que estamos ofreciendo.
4)
Puede ser el momento ideal para optar a puestos de
mayor responsabilidad que en nuestro anterior puesto se nos habían negado.
5)
Quizá podríamos reorientar nuestra carrera profesional
a otras áreas de nuestro interés.
6)
Ahora que ya hemos perdido nuestra estabilidad laboral,
podría ser el momento para comenzar esa iniciativa empresarial que nunca nos
hemos atrevido a emprender por no perder nuestra estabilidad económica y
laboral.
En resumen, sabemos
que una situación así es desagradable, difícil y que cuesta asumirla, aceptarla
y reponerse, pero a todos los que se hayan encontrado, se encuentren o puede
que se vayan a encontrar en el futuro ante este escenario, les recomendamos calma, serenidad y que no
vean esta situación como un fracaso personal, sino como una oportunidad
para comenzar un nuevo camino hacia
algo mejor, un camino que, probablemente, no nos hubiéramos atrevido a comenzar
a caminar si hubiéramos tenido que ser nosotros mismos los que hubiéramos
decidido abandonar nuestro empleo y nuestra estabilidad.
Si se gestiona bien
este cambio, quizá en el futuro piensen que el hecho de que les botaran hizo
que vieran la realidad de otra manera, que se enfrentasen y superasen la
adversidad, que se conociesen mejor a sí mismos y…¿por qué no? Fue el causante
de su éxito.
Héctor Trinidad Quijada
Socio Director de NASH Humanes Consulting
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar, un fuerte abrazo.