viernes, 1 de noviembre de 2013

¿Por qué las modelos de pasarela nunca sonríen?

 

¿Se han fijado alguna vez? Si tienen la ocasión de ver algún desfile de modelos, presten atención a sus caras y verán que nunca están sonriendo…¿Por qué? Es una pregunta que responderemos al final de este artículo, el cual no pretende hablar del mundo de la moda, sino profundizar en otro mundo muy distinto, pero no menos apasionante…las entrevistas de trabajo.


 Hay mucha literatura de cómo se debe afrontar una entrevista de trabajo, del vestuario a llevar, las respuestas que se deben preparar, las preguntas que se deben o no hacer…todas estas observaciones están muy bien desde un punto de vista técnico, pero si seguimos todo esto al pie de la letra, “corremos el riesgo” de ser técnicamente correctos, que sería muy bueno, pero tengan en cuenta que no nos diferenciaría del resto y podríamos ser rápidamente olvidados.

¿Por qué decimos esto?


 Tengan en cuenta que, cuando ustedes tienen una entrevista de trabajo, la preparan a conciencia, se informan de la empresa que les va a entrevistar, preparan las preguntas que van a hacer a su entrevistador, preparan las respuestas que van a contestar cuando les hagan alguna preguntas “comprometida”, preparan la ropa que van a vestir, estudian el itinerario hasta el lugar de la entrevista para poder llegar con tiempo y ser puntuales…es normal que para cada uno de ustedes sea un hecho “especial”, ¿cuántas entrevistas de trabajo podemos hacer a lo largo de un día?

Pero vamos a verlo desde el punto de vista del entrevistador. 


 Ese entrevistador probablemente tenga un asistente que le haya hecho una selección de hojas de vida que cumplan una serie de requisitos, probablemente haya sido dicho asistente quien le haya convocado, no solo a usted, sino a una serie de personas para maximizar el tiempo del entrevistador, el cual probablemente le dedicará a cada uno un máximo de media hora, en la cual intentará dar respuesta a una serie de cuestiones que quiere conocer y que  las habrá anotado en una planilla, la cual rellenará mientras se desarrolla la entrevista o al término de la misma. 

                Y la cuestión es... ¿cuántas entrevistas va a hacer esta persona a lo largo del día? 

 Reflexionen sobre lo siguiente...si tenemos una hoja de vida correcta pero similar al resto de entrevistados, si    hacemos una preparación de la entrevista correcta pero similar al resto de entrevistados y, incluso, si hacemos una entrevista correcta como el resto de entrevistados…¿qué hará que no seamos unas anotaciones en una planilla como el resto de entrevistados?

 La respuesta es muy simple, la capacidad que tengamos para conseguir que nuestro entrevistador nos recuerde como una persona y no como una serie de anotaciones.

¿Y cómo conseguimos esto?


 Hace mucho tiempo me explicaron una regla muy utilizada en el mundo de las ventas, que es la regla del 4x20. En el ámbito comercial se pone mucho énfasis en 4 factores para conectar emocionalmente con nuestro interlocutor:

1)  Los 20 primeros pasos - La manera cómo nos acercamos a nuestro interlocutor, puede decir mucho de nosotros, podemos demostrar seguridad, inseguridad, miedo, nerviosismo...

2)  Los 20 primeros segundos - Cómo comenzamos la entrevista, si nos quedamos callados, dubitativos, puede hacer que la entrevista empiece con una tensión que nos cueste más tarde eliminar. 

3)  Las 20 primeras palabras - Al igual que una presentación o un discurso, las primeras palabras de una entrevista las debemos tener ensayadas, interiorizadas, porque en ese momento de tensión nuestro cerebro racional aún no está activo y podemos decir algo que no deseábamos…¿les ha pasado alguna vez, que están hablando y se preguntan...por qué estoy diciendo esto? 

4)  Y, para mí, la más importante, los 20 centímetros que van desde la parte superior de nuestra frente hasta la parte inferior de nuestra barbilla, es decir, los 20 centímetros que mide nuestra cara verticalmente.

 

¿Por qué estos 20 centímetros son importantes? 


 El grado de conexión emocional que vamos a conseguir con nuestro entrevistador va a depender en gran medida de la capacidad que tengamos de despertar emociones positivas en él, y esto lo podemos conseguir fundamentalmente, gracias a la expresión de nuestro rostro.

 Una cara alegre, sonriente, que transmita fuerza, positivismo, pasión y entusiasmo, podrá fácilmente conectar emocionalmente. Nuestro cerebro emocional está programado para asociar caras sonrientes con hechos positivos y rostros serios con sucesos negativos y si no lo creen, piensen cuando ven una persona sonriente...automáticamente piensan que algo bueno le ha pasado, y sucede lo contrario con las expresiones serias o de enfado.

 Hagan una prueba con las 2 próximas personas con las que vayan a hablar. Con la primera intenten llegar con una sonrisa, intentando transmitir cosas buenas. Con la segunda, hagan todo lo contrario, mantengan un rostro serio, incluso rozando el enfado. Al terminar la conversación, confiesen a su interlocutor lo que han hecho (no vaya a pensar que de verdad está usted enfadado con él) y pregúntenle cómo se ha sentido.

¿Esto quiere decir que no debo preparar mis entrevistas de trabajo?


 En absoluto, la preparación es fundamental y no debemos descuidarla, sin embargo esta segunda parte les puede aportar un gran valor añadido que, quien sabe, puede que haga que sean algo más que una anotación en una planilla.

 Les sugerimos que preparen su entrevista, sus preguntas, sus respuestas, su vestimenta, su itinerario…pero también les recomendamos que intenten transmitir todos estos sentimientos positivos, les aseguramos que, al finalizar la ronda de entrevistas, su entrevistador inconscientemente recordará la persona que más sentimientos positivos    consiguió despertar en él.

                Se me olvidaba…

¿Por qué las modelos de pasarela nunca sonríen? 


 Es muy sencillo, porque el producto que están vendiendo no son ellas mismas, sino la ropa que llevan, y no le   pueden quitar protagonismo, si una modelo sonriera…¿Mirarían la ropa que lleva o mirarían su cara? 

                Por todo esto, y para terminar,  me permito hacerles una recomendación…

                Hagan lo contrario que las modelos, sonrían y conviértanse en los protagonistas absolutos de la entrevista.


Héctor Trinidad Quijada
Socio Director NASH Humanes Consulting  
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar, un fuerte abrazo.