No penséis que
he decidido cambiar de profesión y que ahora me dedico a la compra-venta de
coches deportivos o la crianza de aves de corral, nada más lejos de la
realidad.
Sin embargo,
he querido hacer esta analogía para explicar cómo hay que elegir las herramientas más adecuadas para la
consecución de un objetivo concreto.
¿Qué me quiero referir con esto? Hace unos días me hicieron una
pregunta que ha desencadenado en la redacción de este post…¿Es útil un Outdoor Training? Y mi respuesta no pudo ser otra que…DEPENDE.
¿Y por qué depende? Porque un Outdoor
Training no es un fin en sí mismo, sino una herramienta como otras muchas que
debe ser utilizada para conseguir un objetivo concreto.
Muchas veces
me encuentro con potenciales clientes que me piden cotizaciones para la
elaboración de un Outdoor Training y mi respuesta siempre es la misma:
“Sentémonos, me cuentas tus necesidad e intento ofrecerte la mejor solución a
las mismas”.
Mi sorpresa
viene cuando, alguna vez, he recibido una respuesta del tipo: “No hace falta,
envíame una cotización para un Outdoor Training de un día”.
Vamos a ver,
un Outdoor Training no es una actividad de multiaventura donde un grupo de
amigos van a divertirse un fin de semana al campo, es otra cosa…¿qué otra cosa?
Para que un
Outdoor Training tenga sentido debe haber un proceso estructurado, trabajado y
elaborado que debería seguir los siguientes pasos:
1 Realización
de un diagnóstico de la realidad de la organización desde el punto de vista de
las personas.
En este punto
hay que tener en cuenta cómo es la cultura empresarial, cuáles son las
competencias ideales para las personas, cúal es el grado de madurez de los
equipos, cómo es la comunicación interna entre las personas de la organización,
qué grado de identificación hay de las personas con la visión empresarial…en
definitiva, definir una serie de variables a las que una organización quiere
aspirar desde el punto de vista de las personas y, lo más importante, cual es
la brecha o desviación entre ese objetivo y la realidad de la empresa.
Pongamos un
ejemplo, no es lo mismo decir que el ambiente no es bueno, a decir que no hay
un buen nivel de comunicación entre los líderes de las diferentes áreas de negocio,
debido a que se desconoce lo que cada una de estas áreas aporta al resultado
global del grupo, lo que hace que todos las áreas trabajen independientemente
para el objetivo propio, en vez de hacerlo para un objetivo común.
2 Establecimiento
de objetivos.
Una vez que
sabemos cuáles son las oportunidades de mejora, que como hemos dicho van a
variar en todas las organizaciones, debemos determinar qué es lo que queremos
mejorar, y cuanto más específicos seamos, más fácil será que encontremos las
herramientas adecuadas para solucionar el problema.
Volviendo al
ejemplo anterior, no es lo mismo decir que queremos mejorar la situación
actual, a decir que queremos trabajar el valor del equipo dentro de la
organización, desarrollar una comunicación más fluida entre estos líderes e
interiorizar la necesidad de que todas las áreas establezcan mecanismos de
comunicación eficientes que les sirvan para maximizar el resultado común, por
encima del resultado individual.
3 Elección
de las herramientas adecuadas.
Aquí es donde
se debe elegir si un Outdoor Training es la mejor herramienta para conseguir
los objetivos que nos hemos planteado y, lo más importante, es necesario hacer
un diseño personalizado de las actividades a realizar para que se consigan
estos objetivos.
Nuevamente
volviendo a nuestro ejemplo, no es lo mismo irnos al campo a realizar una
actividad de Paintball, a que diseñemos un itinerario de actividades donde,
mediante dinámicas lúdicas, trabajemos estos conceptos de Equipo, Orientación a
Resultados Comunes, Conocimiento de las distintas áreas, Conocimiento del valor
que cada área aporta al resultado global y Desarrollo de la Comunicación
intra-áreas.
4 Desarrollo
constructivo de la actividad.
De nada sirve
todo lo demás si nos quedamos simplemente en la realización de la actividad
Dicha
actividad debe ser analizada para obtener la máxima información, ya que este
desarrollo nos puede ayudar a realizar un diagnóstico más concreto de la
realidad viendo el desempeño de las personas, el cual nos puede decir que, efectivamente,
hemos diseñado una actividad correcta, pero lo más importante, puede hacer que
aparezcan posibles causas de las oportunidades de mejora que hemos definido y
ayudarnos a desarrollar un plan de mejora más concreto y sostenido.
5 Determinación
de las herramientas de medición del resultado obtenido.
Antes incluso
del desarrollo de la actividad, y en base a los objetivos que nos hemos
planteado, debemos definir qué vamos a hacer para determinar si hemos tenido
éxito o no con la actividad que hemos desarrollado.
En nuestro
ejemplo, deberíamos establecer cómo vamos a medir que, efectivamente, ha
mejorado el concepto de Equipo, la Orientación al resultado común, la
comunicación…y qué resultado (realista) es el que esperamos.
6 Realización
del seguimiento.
Establecer una
fecha en la que realizar dichas mediciones para ver si hemos conseguido nuestro
objetivo. No es lo mismo esperar a realizar la encuesta de clima laboral del
año siguiente a realizar acciones extraordinarias de evaluación en los próximos
30 días, por ejemplo.
7 Análisis
y ajustes.
De nada nos
vale realizar un seguimiento si no lo hacemos con un espíritu crítico y
constructivo.
Debemos analizar
los resultados de este seguimiento, compararlos con los objetivos que nos hemos
marcado y, en el caso de que haya desviaciones, analizar las causas de estas
desviaciones, las cuales pueden estar en uno, varios o todos los pasos
anteriores:
No se ha hecho
un diagnóstico acertado,
los objetivos
no eran realistas,
la actividad
no estaba diseñada correctamente,
en la
ejecución hemos detectado otros problemas,
las
herramientas para realizar el seguimiento no eran las adecuadas o
el seguimiento
no se ha planificado o se ha hecho incorrectamente.
¿Ha quedado claro?
Vamos a ver otro
ejemplo donde podemos sintetizar todo el proceso. Supongamos que cualquiera de
nosotros tenemos un problema traumatológico (nos hemos doblado un tobillo) y va
a la consulta del médico…¿creéis que un
proceso así sería lo más lógico?
1 El
médico realizará un diagnóstico de lo que nos pasa.
2 Establecerá
un objetivo de curación.
3 Determinará
cual es la mejor manera de conseguir un objetivo haciendo una prescripción de
medicamentos, reposo, ejercicios, fisioterapia…
) Ejecutaremos
el tratamiento, en el cual se puede ver si hay alguna otra causa de la lesión.
5 El
doctor determinará la manera y el plazo de hacer el seguimiento a la evolución
de la lesión.
6 Se
realizará este seguimiento.
7 Se
analizará si se ha conseguido el objetivo de curación para establecer, en el
caso de que no haya habido éxito, las causas que han provocado que no se haya
llegado al objetivo marcado y ajustar el tratamiento.
Pues con un Outdoor Training es igual, como hemos
dicho no es un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir el objetivo, igual
que pueden serlo los fármacos, el reposo, la fisioterapia…para nuestra lesión
de tobillo.
La clave del éxito siempre
va a estar en elegir los mejores medios para conseguir nuestros objetivos.
¿Pensáis que el proceso es muy laborioso? Bueno, si se opta por no
hacerlo así es como si nos automedicamos para nuestra lesión de tobillo,
podemos acertar…o no, y darnos cuenta que…
“Nos hemos comprado un Ferrari para ir a dar de comer a las gallinas”
Héctor Trinidad
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