martes, 2 de febrero de 2016

No te compres un Ferrari para ir a dar de comer a las gallinas

No penséis que he decidido cambiar de profesión y que ahora me dedico a la compra-venta de coches deportivos o la crianza de aves de corral, nada más lejos de la realidad.

Sin embargo, he querido hacer esta analogía para explicar cómo hay que elegir las herramientas más adecuadas para la consecución de un objetivo concreto.

¿Qué me quiero referir con esto? Hace unos días me hicieron una pregunta que ha desencadenado en la redacción de este post…¿Es útil un Outdoor Training? Y mi respuesta no pudo ser otra que…DEPENDE.



¿Y por qué depende? Porque un Outdoor Training no es un fin en sí mismo, sino una herramienta como otras muchas que debe ser utilizada para conseguir un objetivo concreto.
Muchas veces me encuentro con potenciales clientes que me piden cotizaciones para la elaboración de un Outdoor Training y mi respuesta siempre es la misma: “Sentémonos, me cuentas tus necesidad e intento ofrecerte la mejor solución a las mismas”.

Mi sorpresa viene cuando, alguna vez, he recibido una respuesta del tipo: “No hace falta, envíame una cotización para un Outdoor Training de un día”.

Vamos a ver, un Outdoor Training no es una actividad de multiaventura donde un grupo de amigos van a divertirse un fin de semana al campo, es otra cosa…¿qué otra cosa?

Para que un Outdoor Training tenga sentido debe haber un proceso estructurado, trabajado y elaborado que debería seguir los siguientes pasos:

1      Realización de un diagnóstico de la realidad de la organización desde el punto de vista de las personas.

En este punto hay que tener en cuenta cómo es la cultura empresarial, cuáles son las competencias ideales para las personas, cúal es el grado de madurez de los equipos, cómo es la comunicación interna entre las personas de la organización, qué grado de identificación hay de las personas con la visión empresarial…en definitiva, definir una serie de variables a las que una organización quiere aspirar desde el punto de vista de las personas y, lo más importante, cual es la brecha o desviación entre ese objetivo y la realidad de la empresa.

Pongamos un ejemplo, no es lo mismo decir que el ambiente no es bueno, a decir que no hay un buen nivel de comunicación entre los líderes de las diferentes áreas de negocio, debido a que se desconoce lo que cada una de estas áreas aporta al resultado global del grupo, lo que hace que todos las áreas trabajen independientemente para el objetivo propio, en vez de hacerlo para un objetivo común.

2      Establecimiento de objetivos.
Una vez que sabemos cuáles son las oportunidades de mejora, que como hemos dicho van a variar en todas las organizaciones, debemos determinar qué es lo que queremos mejorar, y cuanto más específicos seamos, más fácil será que encontremos las herramientas adecuadas para solucionar el problema.
Volviendo al ejemplo anterior, no es lo mismo decir que queremos mejorar la situación actual, a decir que queremos trabajar el valor del equipo dentro de la organización, desarrollar una comunicación más fluida entre estos líderes e interiorizar la necesidad de que todas las áreas establezcan mecanismos de comunicación eficientes que les sirvan para maximizar el resultado común, por encima del resultado individual.

3      Elección de las herramientas adecuadas.
Aquí es donde se debe elegir si un Outdoor Training es la mejor herramienta para conseguir los objetivos que nos hemos planteado y, lo más importante, es necesario hacer un diseño personalizado de las actividades a realizar para que se consigan estos objetivos.
Nuevamente volviendo a nuestro ejemplo, no es lo mismo irnos al campo a realizar una actividad de Paintball, a que diseñemos un itinerario de actividades donde, mediante dinámicas lúdicas, trabajemos estos conceptos de Equipo, Orientación a Resultados Comunes, Conocimiento de las distintas áreas, Conocimiento del valor que cada área aporta al resultado global y Desarrollo de la Comunicación intra-áreas.

4      Desarrollo constructivo de la actividad.
De nada sirve todo lo demás si nos quedamos simplemente en la realización de la actividad
Dicha actividad debe ser analizada para obtener la máxima información, ya que este desarrollo nos puede ayudar a realizar un diagnóstico más concreto de la realidad viendo el desempeño de las personas, el cual nos puede decir que, efectivamente, hemos diseñado una actividad correcta, pero lo más importante, puede hacer que aparezcan posibles causas de las oportunidades de mejora que hemos definido y ayudarnos a desarrollar un plan de mejora más concreto y sostenido.

5      Determinación de las herramientas de medición del resultado obtenido.
Antes incluso del desarrollo de la actividad, y en base a los objetivos que nos hemos planteado, debemos definir qué vamos a hacer para determinar si hemos tenido éxito o no con la actividad que hemos desarrollado.
En nuestro ejemplo, deberíamos establecer cómo vamos a medir que, efectivamente, ha mejorado el concepto de Equipo, la Orientación al resultado común, la comunicación…y qué resultado (realista) es el que esperamos.

6     Realización del seguimiento.
Establecer una fecha en la que realizar dichas mediciones para ver si hemos conseguido nuestro objetivo. No es lo mismo esperar a realizar la encuesta de clima laboral del año siguiente a realizar acciones extraordinarias de evaluación en los próximos 30 días, por ejemplo.

7      Análisis y ajustes.
De nada nos vale realizar un seguimiento si no lo hacemos con un espíritu crítico y constructivo.

Debemos analizar los resultados de este seguimiento, compararlos con los objetivos que nos hemos marcado y, en el caso de que haya desviaciones, analizar las causas de estas desviaciones, las cuales pueden estar en uno, varios o todos los pasos anteriores:

No se ha hecho un diagnóstico acertado,
los objetivos no eran realistas,
la actividad no estaba diseñada correctamente,
en la ejecución hemos detectado otros problemas,
las herramientas para realizar el seguimiento no eran las adecuadas o
el seguimiento no se ha planificado o se ha hecho incorrectamente.

¿Ha quedado claro?

Vamos a ver otro ejemplo donde podemos sintetizar todo el proceso. Supongamos que cualquiera de nosotros tenemos un problema traumatológico (nos hemos doblado un tobillo) y va a la consulta del médico…¿creéis que un proceso así sería lo más lógico?

1      El médico realizará un diagnóstico de lo que nos pasa.

2      Establecerá un objetivo de curación.

3      Determinará cual es la mejor manera de conseguir un objetivo haciendo una prescripción de medicamentos, reposo, ejercicios, fisioterapia…

)      Ejecutaremos el tratamiento, en el cual se puede ver si hay alguna otra causa de la lesión.

5      El doctor determinará la manera y el plazo de hacer el seguimiento a la evolución de la lesión.

6      Se realizará este seguimiento.

7      Se analizará si se ha conseguido el objetivo de curación para establecer, en el caso de que no haya habido éxito, las causas que han provocado que no se haya llegado al objetivo marcado y ajustar el tratamiento.

Pues con un Outdoor Training es igual, como hemos dicho no es un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir el objetivo, igual que pueden serlo los fármacos, el reposo, la fisioterapia…para nuestra lesión de tobillo. 

La clave del éxito siempre va a estar en elegir los mejores medios para conseguir nuestros objetivos.

¿Pensáis que el proceso es muy laborioso? Bueno, si se opta por no hacerlo así es como si nos automedicamos para nuestra lesión de tobillo, podemos acertar…o no, y darnos cuenta que…

“Nos hemos comprado un Ferrari para ir a dar de comer a las gallinas”


Héctor Trinidad

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